En el texto La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica de Walter Benjamin se exponen varios procesos de la evolución de la imagen, el autor afirma que la reproducción de la imagen tenía más importancia que la de la palabra, porque primero se invento la xilografía, que sirve para reproducir dibujos, antes que cualquier instrumento para reproducir la escritura, es mas, cuando nace la imprenta de inmediato la alcanza la litografía y más tarde la fotografía. Pero esta última invención revoluciona muchísimo el campo artístico, primero la inmediatez de la fotografía era algo nunca visto y la pintura comenzó a cuestionarse, seguidamente apareció el cine y más adelante el cine sonoro.
Benjamin compara el cine sonoro con el teatro, dice que el ultimo siempre separa la realidad de lo que pasa sobre las tablas, en cambio el cine no siempre hace este distanciamiento. El autor compara además a los actores del cine y del teatro, afirmando que los de cine mientras menos actúen mejor, en cambio que los teatro son actores reales que solo tiene una oportunidad en el “aquí y ahora”, donde no hay repeticiones como en el cine. Benjamin asevera que por esto es que el teatro tiene aura, tomando aura como ese instante que es imposible reproducir, ese actuar con todo el ser, algo así como el duende, se podría decir: aquello que se percibe en vivo, es un momento irrepetible, incomparable con cualquier sensación que se pueda tener un arte reproducido.
Pero no por esto el cine o la fotografía vienen a ser arte de menor calidad ni mucho menos, sencillamente son experiencias distintas, sensaciones completamente diferentes, no mejores ni peores sencillamente incomparables.