La idea de industrias culturales es desarrollada por Daniel Mato junto a la de consumo cultural; Mato explica que, generalmente, se considera industrias culturales a aquellas que tengan que ver con las publicaciones escritas o con representaciones de las artes como la fotografía, la música, el cine o cualquier espectáculo. Es bastante excluyente dicha categorización de industrias culturales ya que según el autor son muchas las industrias (entendidas como la producción repetida de un producto) que tienen una repercusión cultural, es decir, que todas las industrias pueden ser vistas o estudiadas según su impacto en la cultura, el cual viene a ser definido por la publicidad, el empaque y el uso que el público le dé al producto.
De ahí que el consumo cultural de un producto puede definir si una industria se puede considerar o no como cultural. Mato, utiliza de ejemplo la industria automovilística, la del juguete, la de la ropa, entre otras, para demostrar la influencia que puede tener un carro, un juguete o la moda dentro de la cultura de una sociedad ya que, tomando su ejemplo de los automóviles, los carros tienen una gran repercusión en la sociedad en cuanto a las viviendas fuera de la ciudad, el transporte, las causas de muerte, etc. y Mato afirma que los carros son utilizados (al menos en la cultura estadounidense) como una manera de pertenecer a un grupo social y al mismo tiempo para diferenciarse entre los miembros del mismo, así que sería imposible negar la influencia de la industria automovilística, así como la de muchas otras industrias, en la cultura de un lugar determinado.
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